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Recién llegado a Auschwitz, Primo Levi escribe: en nuestro tiempo el infierno debe de ser así, una sala grande y vacía, y nosotros cansados teniendo que estar de pie, y hay un grifo que gotea y el agua no se puede beber, y esperamos algo realmente terrible y no sucede nada y sigue sin suceder nada. El tiempo transcurre gota a gota.

Actualmente el arte invita constantemente a aceptar la destrucción de valores previamente establecidos, rompiendo los automatismos de nuestra percepción, son una presencia que tiende a rebasar todo límite, la gran mayoría de los artistas contemporáneos han cambiado el valor estético de lo bello por lo nuevo, lo extraño y lo perturbador. Tales categorías expresan los nuevos valores estéticos propios de shock producido por las vanguardias. 

¿Qué significa bajo nuestro contexto las imágenes perturbadoras del arte contemporáneo?
¿Qué imágenes puede mostrar el arte en su faceta más violenta que el crimen organizado no haya exhibido ya?

Conscientes del valor que el miedo tiene en una sociedad criminalizada el narco apuesta por la propagación del terror, los medios de comunicación explotan el tremendismo con fines de lucro ¿Cómo debe reaccionar el arte?

Proyecto 9 se pregunta ¿qué lenguaje nos queda después de haber indagado (tal vez sin la suficiente profundidad) el hecho escénico?


CRO es un dispositivo escénico se basa en un estilo de narración desdramatizado que enfatiza la observación paciente y no-dramática de las acciones ejecutadas, el hecho escénico como posibilidad en la cual la teatralidad no implica contar una historia, sino garantizar el empleo de los elementos teatrales para  la transfiguración dinámica de toda la materia escénica. La intervención del espacio a través de sonidos, luz y expresión corporal para generar en el espectador otras formas de percepción y estimular el imaginario además de cuestionarnos el porqué del placer en la violencia, el lado erótico del crimen.